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Escoge los moldes. Necesitarás un molde exterior y uno interior que tengan la misma forma pero tamaño distinto.
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El molde pequeño debe caber en el grande con un espacio de 5 centímetros o 2 pulgadas. El espacio entre los moldes será el grosor que tendrán las paredes de la maceta. Si la maceta será de un tamaño mayor a 60cm x 60cm (2x2 pies), las paredes deben de ser de un grosor de 7,5cm o 3 pulgadas.
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Puedes crear tus propios moldes si cortas dos cajas de cartón (los moldes interior y exterior) hasta que tengan el tamaño que quieres.
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El vidrio, el plástico, el cartón y el acero inoxidable son elecciones comunes en materiales para molde. El poliestireno también funciona bien.
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Rocía el interior de los moldes con aceite mineral o lubricante en aerosol.Esto te ayudará a quitarlo más adelante. Si usas un molde de vidrio, al cubrir el vidrio con lubricante puede que ya no sea necesario romperlo cuando quites los moldes de la maceta.
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6
Haz una mezcla de concreto en una tina o carretilla. El concreto resistente a grietas es la mejor elección. Vierte la cantidad deseada de concreto en la tina o carretilla, agrega agua y mezcla gradualmente hasta que tenga una consistencia similar a la masa para bizcochos. Sigue las instrucciones del empaque.
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Protege tus manos con guantes de cocina mientras trabajes con el concreto.
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No dudes en añadir vidrio, piedritas, cuentas, conchitas u otros materiales decorativos según tus gustos, siempre y cuando no afecten demasiado a la consistencia de la mezcla de concreto.
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Para crear la base, vierte la mezcla de concreto de manera uniforme en el fondo del molde exterior.
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Si quieres agregarle un drenaje, puedes añadir piedras de drenaje en la base ahora o taladrar agujeros luego (cuando hayan pasado al menos 2 días después de que el concreto se haya secado).
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Aplana y alisa la mezcla de concreto con una pala de jardinería.
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Presiona el molde interior sobre la mezcla de concreto hasta que la base tenga el grosor deseado. La base y las paredes deben de ser de grosor similar, aunque la base puede ser más gruesa que las paredes (lo contrario no es usual).
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Vierte la mezcla de concreto en el espacio entre los moldes. Apisona constantemente con una pala de jardinería y empuja la mezcla de concreto hacia los bordes del molde para asegurarte de que las paredes sean lisas y evitar que se formen burbujas de aire.
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Una vez que llegas hasta lo que será la cima de la maceta, usa la pala de jardinería para emparejar y alisar la superficie.
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Haz rebotar un poco la maceta para ayudar a la consistencia del concreto (ten cuidado de no romper los moldes de vidrio).
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Envuelve la maceta en plástico y déjala reposar unas 36 horas.
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Prueba la dureza del concreto con un desarmador o un cuchillo. Si logras dejar una marca, quiere decir que el concreto aún está demasiado húmedo.
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Saca el molde interior lentamente. Si usaste cartón, deberías poder despegarlo. Si usaste un molde de vidrio, quizás tengas que romperlo; sin embargo, si lo cubriste con una capa de aceite mineral o lubricante, es posible que no sea necesario.
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Saca la maceta del molde exterior.
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Pule la superficie de la maceta con una brocha de cerdas gruesas o un estropajo.
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Deja que la maceta repose una semana más.
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Frota una vez al día tu maceta con una esponja o tela mojadas hasta que su color se oscurezca.
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Luego de que haya secado por al menos 2 días, puedes taladrar los agujeros de drenaje en la base.
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Coloca la maseta al sol, vierte la tierra en ella y ¡coloca tus plantas!
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